El caso “Sanchez” fue un hito en la historia de los reajustes previsionales porque dejo una huella imborrable e irreversible en los aumentos jubilatorios, dejando atrás más de una década de congelamiento de los haberes; sirviendo como fundamento y guía de los posteriores fallos –también renombrados- como “Badaro” y “Elliff” entre otros, marcando la dirección hacia el progreso de los derechos previsionales.